NUEVA COLECCIÓN
HAJJAR BLANC
Texturas esculpidas por el tiempo, formas moldeadas con pericia, aromas de
que captan la serenidad del primer momento del día.
Esta es Hajjar Blanc, la nueva colección de Portus Cale.
HAJJAR BLANC
Texturas esculpidas por el tiempo, formas moldeadas con pericia, aromas de
que captan la serenidad del primer momento del día.
Esta es Hajjar Blanc, la nueva colección de Portus Cale.
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LA INSPIRACIÓN
Hajjar Blanc no es un nombre elegido al azar.
“Hajjar” significa “piedra” en árabe, una palabra que evoca la naturaleza en todo su esplendor crudo y salvaje. «Blanc», término que en francés designa a «blanco», es a su vez una palabra casi musical, moldeada por el color que representa. Es de este contraste entre el mundo natural y el arte que nace “Hajjar Blanc”; un nombre fuerte pero delicado; Áspero, pero acogedor.
Hajjar Blanc es Naturaleza en su estado más puro, moldeada por las manos de los artesanos.
LA INSPIRACIÓN
Hajjar Blanc no es un nombre elegido al azar.
“Hajjar” significa “piedra” en árabe, una palabra que evoca la naturaleza en todo su esplendor crudo y salvaje. «Blanc», término que en francés designa a «blanco», es a su vez una palabra casi musical, moldeada por el color que representa. Es de este contraste entre el mundo natural y el arte que nace “Hajjar Blanc”; un nombre fuerte pero delicado; Áspero, pero acogedor.
Hajjar Blanc es Naturaleza en su estado más puro, moldeada por las manos de los artesanos.
ARTE EN LA ARTESANÍA
Los difusores y las velas Hajjar Blanc se fabrican a mano uno a uno mediante técnicas artesanales.
Este proceso marca cada pieza con detalles irrepetibles, dándoles su forma única y una textura áspera y orgánica.
Esta fusión de opuestos evoca la dualidad de Hajjar Blanc: suavidad y estructura, naturaleza y artesanía.
Cada detalle es un testimonio del saber hacer manual, donde el arte de la artesanía se revela en cada línea.
DOMINIO DE LA FABRICACIÓN DE JABÓN
Cada jabón Hajjar Blanc nace del sello, y cada sello cobra vida en las manos de nuestros artesanos.
Una vez esculpidos y perfeccionados, están listos para moldear los jabones, que son acuñados e inspeccionados uno a uno por manos experimentadas.
Por último, se envuelven a mano en un gesto que combina precisión y delicadeza.
De mano en mano, de jabón en jabón, la maestría se perpetúa.